Mallorca La isla que lo tiene todo

Pocos lugares en el mundo pueden presumir de la riqueza natural y cultural de Mallorca. Su situación estratégica en medio del Mediterráneo la convierte en uno de los lugares más apreciados para vivir. Playas de aguas transparentes, montañas por descubrir, pueblos de casas milenarias y una tradición que conserva las mejores esencias hacen de la isla un paraíso en la Tierra.

Un paraíso natural

Un tesoro entre el cielo y la tierra

Mallorca está llena de espacios naturales muy especiales. Como la Sierra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Otro tesoro es la isla de Cabrera, al sur de Mallorca, con más de 200 especies de peces 450 especies vegetales.

Situada al norte de la isla, S’Albufera es la zona húmeda más extensa de Baleares y cuenta con un importante observatorio de aves. El Parque Natural de Mondragón, en Santanyí, o en la isla de Sa Dragonera, en Andratx, son otros espacios de pura naturaleza virgen.

Playas

¿El Caribe?... No, el mar Mediterráneo

En Mallorca hay más de 300 playas, cada una de ellas con sus encantos y particularidades. Desde largos arenales para disfrutar tranquilamente en familia, como la Playa de Palma, la Playa de Muro o Es Trenc, a recónditas calas apenas visibles entre los acantilados, como Es Caló des Moro, Cala Varques, Cala Pí o Cala Tuent.

Las templadas aguas del Mediterráneo y el buen clima de la isla hacen que se pueda disfrutar de todas estas playas desde el mes de abril hasta bien entrado octubre.

Pueblos

Lugares llenos de magia y una historia milenaria

La Serra de Tramuntana acoge entre sus cimas y valles algunos de los pueblos más pintorescos y bucólicos de la isla, como Valldemossa, Deià, Sóller, Alaró o Esporles.

Si bien en todos los puntos de Mallorca encontramos hermosos enclaves llenos de historia y con una buena oferta comercial y cultural, casos de Alcudia, Inca, Campos o Manacor, en los que escapar de la rutina y hallar un poco de paz interior.

Tradiciones

La Mallorca más profunda y sentimental

Mallorca es una tierra ancestral llena de tradiciones milenarias. El fuego juega un papel fundamental, alcanzando su cénit en las festividades de San Antonio, en enero, donde las calles de muchos pueblos se iluminan con ofrendas. El barro es otra de las grandes tradiciones, y pueblos como Marratxí muestran cada año las obras maestras de sus artesanos. Las festividades del patrón de Palma, San Sebastián, también en enero, es la cita más popular del calendario isleño, en la que todos los habitantes salen a celebrar.

Gastronomía

Recetas de toda la vida, sabores eternos

Los sabores ancestrales de la cocina mallorquina siguen presentes en las mesas de las casas, y en los cellers, restaurantes típicos de cocina mallorquina. Algunas de las recetas más características son el tumbet, que combina la fritura de berenjenas, pimientos rojos, tomates y patatas; el arròs brut, un arroz caldoso que es el plato de invierno por excelencia de la isla; y, por supuesto, el pa amb oli: tomate de ramallet restregado sobre una rebanada de pan, con aceite de oliva y sal.

Deporte

Golf, ciclismo, vela, senderismo, equitación, ...

Mallorca cuenta con una oferta deportiva para todos los gustos. Empezando por los 26 campos de golf de 18 hoyos, a menos de una hora de distancia entre sí. O las largas rutas ciclistas por plano o por montaña. La vela tiene un papel fundamental en la isla, con opciones que van desde navegar en velero a coger olas con la tabla de surf. Las suaves pendientes montañosas invitan a realizar agradables excursiones senderistas. Otros deportes con buenas infraestructuras son la equitación, la escalada, el tenis o el ala delta.

Ocio & diversión

Beach clubs, conciertos, paseos con encanto, ...

Como la isla de alto nivel que es, Mallorca ofrece a sus residentes y visitantes una gran variedad de posibilidades para disfrutar del tiempo de ocio. Con diferentes Beach Clubs de referencia junto al mar, donde poder comer bien y relajarse con buena música. La isla es sede de conciertos de primer nivel con grandes estrellas internacionales. Dar largos paseos junto al mar, por la ciudad de Palma o por las montañas cercanas a Son Vida, es una actividad que llena y anima el espíritu.